El uso de dispositivos electrónicos y sus consecuencias
- Ricardo Hernández
- 6 feb
- 3 Min. de lectura
El COVID-19 ha replanteado nuestras actividades profesionales y personales. Inclusive, muchas empresas se vieron en la necesidad de readaptar el diseño y entrega de sus modelos de negocio para proporcionar nuevas soluciones tanto en el ámbito personal como profesional.

Estos cambios en los entornos de trabajo han propiciado el auge de las tecnologías de la información que, si bien han generado beneficios como el aumento de la productividad, la reducción del ausentismo laboral y la mejora en la consecución de objetivos, también han dado lugar a nuevos riesgos para la salud de los trabajadores.

La implementación de dispositivos electrónicos ha permitido que las personas ya no tengan que estar ubicadas necesariamente en el mismo lugar para comunicarse, intercambiar documentos o información. Sin embargo, se estima que una persona pasa en promedio de 6 a 8 horas al día frente a la computadora, y es que la vida parece girar entorno a este aparato. Su uso prolongado puede ocasionar daños a la salud que, en un inicio, no son notables, pero que a largo plazo y de manera progresiva pueden ser significativos.
¿Qué consecuencias hay de estar frente a la computadora por tiempo prolongado?
Trastornos visuales y oculares:
Si bien ya eran un problema, la exposición prolongada, aunada a factores ambientales externos y de iluminación, ha exacerbado estos trastornos. La principal consecuencia es la fatiga visual, que se acompaña de síntomas como vista cansada, ojo seco, ardor, irritación, visión borrosa, dolor de cabeza y mareo. Sin embargo, los malestares no se limitan al aparato visual.
Trastornos del sueño:
La exposición a la pantalla por más de 60 minutos continuos, o más de 30 minutos después de que el sol se haya ocultado, está relacionada con dificultades para conciliar el sueño, empeoramiento de la calidad del sueño profundo y, con ello, alteraciones en hormonas como el cortisol y la insulina, que influyen en el estado de ánimo (estrés), ganancia de peso y dificultad para concentrarse.

Trastornos musculoesqueléticos:
La falta de ergonomía en los puestos de trabajo ha registrado una mayor frecuencia de posturas forzadas y fatigantes que se presentan al permanecer mucho tiempo sentados. Es común que se presenten problemas en la columna vertebral, como lumbalgia, además de dolor en cuello y hombros. El uso excesivo del teclado y ratón táctil ocasiona movimientos repetitivos de muñecas y dedos, lo que provoca dolor y entumecimiento, conocido como síndrome del túnel carpiano.
Trastornos psicosociales:
Desafortunadamente, las empresas han demostrado que los trabajadores pueden extender su horario de trabajo, incluso los fines de semana, ocasionando que el tiempo de conexión y compromiso o rendimiento laboral se torne peligroso. Esta situación puede derivar en la necesidad de mantener una hiperconectividad y disponibilidad permanente, generando lo que se conoce como tecnoestrés.
Trastornos metabólicos:
Mientras el cuerpo humano esté sentado, será más difícil que consuma las calorías ingeridas, lo que favorece la inactividad física, desencadenando obesidad, problemas cardiacos, entre otros.
Conclusiones
El impacto de las tecnologías en el mundo laboral ha dado lugar a importantes cambios en la forma de trabajar, en los dispositivos, en la ubicación y en el propio entorno de lo que se conoce como lugar de trabajo. Es indispensable resaltar que también resultan ser herramientas que ayudan a la sociedad, acortando distancias y facilitando la comunicación en velocidad y seguridad, estos beneficios llevan a la necesidad inexcusable por seguir investigando sobre el impacto y el uso con moderación para detectar los tiempos correctos y adoptar buenos hábitos para reducir los posibles efectos nocivos derivados de un mal uso de las nuevas tecnologías.
Fuentes
Agencia Europea para la seguridad y la salud en el trabajo, “Permanecer sentado en el trabajo con una postura estática y durante tiempos prolongados”
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